lunes, 3 de noviembre de 2008

LOS FUNDAMENTOS DE LA CONTEMPORANEIDAD

Partiendo de estas consideraciones previas y enfatizando el fenómeno de la transición en la configuración de la contemporaneidad, desde una concepción amplia y global, y en la que conviven elementos de permanencia de la modernidad con las fuerzas y tendencias de cambio, conviene tener en consideración dos planteamientos previos: en primer término, la tendencia hacia la universalización de la civilización occidental, en clave de imposición, por lo general, a partir de su supremacía tecnológica y material y de la proyección de su modelo de sociedad como paradigma de modernización, que le ha llevado a desarrollar una relaciones desiguales con otras civilizaciones; y en segundo lugar, la presencia de otras civilizaciones, cuyas actitudes varían según el caso y los diferentes momentos históricos frente a la tendencia uniformizadora de Occidente y reivindicadoras de su propia identidad, sin cuya consideración difícilmente podría comprenderse el mundo contemporáneo.En el ámbito de lo político, uno de los rasgos más ilustrativos de la contemporaneidad es la creación y extensión del Estado-Nación y de los fenómenos intrínsecamente vinculados al mismo, como el nacionalismo, cuyo nacimiento tuvieron lugar en el continente europeo y cuya generalización a lo largo de todo el globo están fuera de toda discusión.

El proceso iniciado en Europa, concretamente en Gran Bretaña, y su progresiva expansión, no sin fuertes convulsiones y desequilibrios desde sus primeros momentos, ha alcanzado una dimensión planetaria.Tras los reajustes industriales, mercantiles y financieros posteriores a la II Guerra Mundial, el capitalismo ha generado unas posibilidades de consumo insospechadas.

Una influencia que también se ha manifestado en la propia concepción de las teorías y modelos económicos, y que se ha agudizado tras el fracaso del socialismo real** y el escaso efecto de las propuestas realizadas en pro de un nuevo orden económico internacional más justo.

A lo largo del siglo XX, la explosión demográfica ha sido uno de los fenómenos de mayor relevancia y, de hecho, se ha convertido en uno de los grandes problemas globales que se le plantean a la humanidad de cara al próximo milenio. Asimismo, a lo largo del siglo XX se ha configurado y generalizado la sociedad de masas tendente a disfrutar de altos e igualitarios niveles de vida, consumo y bienestar, pero cuya materialización presenta grandes disfuncionalidades ya se trate de poblaciones que tienen acceso al desarrollo o viven sumidas en el subdesarrollo. Indudablemente, los problemas sociales que aparecen en cada universo social son radicalmente diferentes, pero en el caso de estas últimas se plantea la frustración ante el hito de la modernización y la experiencia vivida respecto a la misma. Estas condiciones plantean un desequilibrio constante para aquellas sociedades, provocando fenómenos complejos de alcance mundial como las migraciones desde el Sur hacia el Norte o la búsqueda de soluciones revolucionarias, que en ocasiones ponen de relieve las reticencias hacia Occidente o la debilidad de las estructuras incorporadas desde Occidente, por ejemplo el Estado-Nación, como se ha puesto de manifiesto en los estados centroafricanos a finales del siglo XX.

EDAD CONTEMPORANEA (part 2 )

Los acontecimientos de esta época se han visto marcados por transformaciones aceleradas en la economía, la sociedad y la tecnología que han merecido el nombre de Revolución Industrial, al tiempo que se destruía la sociedad preindustrial y se construía una sociedad de clases presidida por una burguesía que contempló el declive de sus antagonistas tradicionales: los privilegiados y el nacimiento y desarrollo de uno nuevo: el movimiento obrero, en nombre del cual se plantearon distintas alternativas al capitalismo. Más espectaculares fueron incluso las transformaciones políticas e ideológicas (Revolución liberal, nacionalismo, totalitarismos); así como las mutaciones del mapa político mundial y las mayores guerras conocidas por la humanidad.La ciencia y la cultura entran en un periodo de extraordinario desarrollo y fecundidad; mientras que el arte y la literatura, liberados por el romanticismo de las sujecciones académicas y abiertos a un público y un mercado cada vez más amplios; se han visto sometido.

En la historiografía anglosajona, donde la concepción de la modernidad es más elástica, la contemporaneidad resulta más dinámica en la medida en que une al presente un pasado muy próximo. De cualquier modo, en toda la historiografía occidental persiste la controversia en torno a la naturaleza y el contenido semántico de lo contemporáneo. Un concepto que, asimismo, ha sido afrontado desde diferentes actitudes intelectuales a lo largo del tiempo, como puede apreciarse en el rechazo de la historia positivista de conferir la dignidad de la historia a la actualidad o el creciente interés desde la década de 1960 por abarcar el pasado más inmediato desde la historia, en diálogo permanente con las demás ciencias sociales.

jueves, 2 de octubre de 2008

EDAD CONTEMPORANEA

Edad Contemporánea es el nombre con el que se designa el periodo histórico comprendido entre la Revolución francesa y la actualidad. Comprende un total de 219 años, entre 1789 y 2008. La humanidad experimentó una transición demográfica, concluida para las sociedades más avanzadas (el llamado primer mundo) y aún en curso para la mayor parte (los países subdesarrollados y los recientemente industrializados), que ha llevado su crecimiento más allá de los límites que le imponía históricamente la naturaleza, consiguiendo la generalización del consumo de todo tipo de productos, servicios y recursos naturales que han elevado para una gran parte de los seres humanos su nivel de vida de una forma antes insospechada, pero que han agudizado las desigualdades sociales y espaciales y dejan planteando para el futuro próximo graves incertidumbres medioambientales.